Juguemos a jugar

Que tal estáis todos , pues yo un poco deprimida.Eso de llegar de viaje a las doce de la noche y al día siguiente levantarte casi antes de que salga el sol para ir clase como que no me mola mucho.
En Fuerteventura lo he pasado fenomenal el clima y las horas tumbadas en las hamacas se compenetraron muy bien.
Al menos he empezado con fuerzas -que no se ni de donde las he sacado-mañana como diría yo, me toca la tortura.Sí es algo que como muchos de vosotros no he superado a mis catorce casi quince años.Les tengo pánico a los dentistas, aunque hay algo que me tiene un poco relajada.Después de que urgen en mi boca para no tener graves secuelas me pienso tomar una dosis de nolotil en ampollas y eso sí, no pienso mirar a esa bandejilla llena de agujas y demás herramientas que tendrán que usar para rajar mis pobres encías y extraer mis todavía no nacidos cordales- o como diría mi madre, niña tienes una cita con el cirujano maxilofacial - y que a posteriori seré una victima más de los braquets, que a más de uno le crean un trauma aunque yo tengo claro no me lo tomaré así.Me lo tomaré de otra manera-pensando e nque dentro de unas años luciré una dentadura perfecta -como diría mi madre,niña tienes una cita con el cirujano maxilomacial, dicho más finamente claro-.

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Arena fina, agua cristalina, gente , mucha gente aficionada al kitesurfing es la imagen con la que me quedo de ese viaje a Fuerteventura. A por cierto he coincidido con los príncipes de Bulgaria y de búlgaros precisamente no tenían nada.